Es una clara mañana de invierno en Neutraubling. Roland Scheuing y Günther Strutz suben al coche. El desplazamiento va a ser desde la sede de Krones hasta el distrito suabo de Dillingen an der Donau. Aquí es donde Gropper tiene su sede. Gropper es una gran central lechera con marcas blancas y productos propios y es cliente de Krones desde hace muchos años. Scheuing y Strutz, del equipo de ventas y gestión de proyectos, llegan a la planta de Bissingen tras algo más de dos horas de viaje por la carretera nacional. Considerando el mundo globalizado de hoy en día, la distancia entre los dos socios comerciales es mínima, y esta es precisamente una de las principales razones de la relación existente desde 2004 entre el consorcio tecnológico y la central lechera: las distancias cortas facilitan la disponibilidad permanente y el trato directo.